¿Se estira la agonia o se renueva la confianza?

Basile se quedó en Boca y en conferencia de prensa Bianchi, manager de la institución salió a desmentir lo que sucedía el domingo por la noche donde era Vox populi la renuncia del Coco, por otro lado Gorosito continua en River a pesar de los pésimos resultados por la sencilla razón que desde la dirigencia no se animan a echarlo porque en Diciembre hay elecciones y no quieren arriesgarse a un intinerato de catorce fechas, ya que si contratan a otro entrenador deberían hacerlo por un año con el riesgo que eso implica.
Ahora la pregunta es: ¿En caso de una nueva derrota de Boca, Basile dejará la conducción del plantel? ¿Y Gorosito podrá asimilar un nuevo revés? Difícil de contestar sobre todo porque ambos tienen partidos complicados con los equipos de La Plata, los Xeneises enfrentan al mejor equipo del fútbol argentino, Estudiantes, con la ventaja de que el local no podrá contar con Boselli por esas cosas que tiene el fútbol de hoy con los contratos y las cláusulas; y por el lado de los millonarios se cruzan con el Lobo platense que tiene la urgencia de sumar para engrosar el promedio que aún lo apremia, lo que hace que una derrota entre en las posibilidades sobre todo por el poco nivel que muestran estos equipos.
Basile tendrá que refundar su Boca y cambiar su discurso de que “los chicos ganan partidos y los grandes campeonatos” y mechar en su equipo a tipos como García, Monzón, Gunino (cuando vuelva del Mundial Juvenil con Uruguay), Sauro, Muñoz, Chávez, y Gaitán por citar algunos nombres que bien podrían reemplazar a Abondanzieri, Ibarra, Morel, Paletta y Cáceres de muy bajo rendimiento en estos partidos, para salir del pozo.
Por el lado de River es hablar con los referentes y hallar una paz para poder llegar a diciembre o bien tener un poco de dignidad y decir hasta luego y gracias, ya que esta a la vista de todos que no hay una idea o compromiso desde el campo de juego para avalar la fe del DT, quien confío en un Fabianni más preocupado por ir a bailar que por jugar a la pelota, en un Ortega que ya no es ni la décima parte de lo que fue y aún así le sobra para ser figura y en un plantel que esta cada vez más acabado y sin reacción, marcando la decadencia de este gigante en esta última decada.
El lunes sabremos si se estiró la agonía o realmente hubo un cambio en la actitud de los jugadores para revertir la situación y confiar en el proyecto de los respectivos entrenadores.