Argentina ganó los dos partidos que debía ganar de la manera que la historia y el presente marcaba que los debía ganar, a Panamá en la noche del sábado 80 – 55 demostrando todo el potencial que posee la Argentina y en la noche del domingo 89 – 87 en tiempo suplementario a Republica Dominicana levantando un partido con garra y oficio algo que no había tenido en los dos primeros encuentros frente a Venezuela y Brasil.
El equipo dirigido por Hernández completo la mejoría que había empezado a mostrar en pasajes del encuentro contra Brasil y aplastó a un débil conjunto panameño, quienes no pudieron hacer frente a una selección muy superior tanto en ataque como en defensa y que tuvo en Scola, Román González y Prigioni los estandartes de una gran victoria que sirvió como motor anímico para el partido del domingo contra Republica Dominicana.
Frente a Republica Dominicana la selección dio una gran muestra de carácter al ir abajo al inicio del ultimo cuarto por 66-61 y con Scola y Prigioni con cuatro faltas pudo empatarlo 74-74 y llevarlo a suplementario; donde también arranco mal perdiendo 81-76 a falta de 3m25seg, momento en el cual apareció esa mística clásica en el jugador argentino y se llevo el encuentro 89-87, lo que le permitió avanzar a la segunda ronda con dos victorias de arrastre.
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