La pelea entre el marplatense Luis Lazarte y el filipino John Reil Casimero, por el título interino mini mosca de la FIB, termino en un bochornoso escándalo. Porque luego que el asiático derrotara por KOT en el decimo asalto al argentino, un grupo de simpatizantes, identificados con el sindicato de camioneros, agredió al joven púgil y a sus ayudantes a golpe de puños, tirándole las sillas que estaban alrededor del ring side, obligando a estos a huir protegidos a medias por los policías que, como de costumbre tardaron en reaccionar y se vieron fácilmente desbordados ante la desidia de los inadaptados. A la hora de hablar de lo que sucedió en el cuadrilátero, poco hay para contar, ya que pareció más una pelea callejera que una por un título del mundo en juego. Ya que ambos boxeadores cometieron infinidad de faltas ante la mirada pasiva de un árbitro al cual el combate le quedo grande. Casimero fue un justo ganador, porque asalto tras asalto imponía su ritmo ante un “mosquito” Lazarte, que se veía superado y recurría, aprovechando la condescendencia del juez, a artilugios ilegales como golpear al rival mientras eran separados por el árbitro; intentar morder dos veces y por último acaso como un manotazo de ahogado, intento taclear al filipino, desdibujando a cada paso su imagen. Sin embargo, el quiebre se dio en el noveno asalto, allí el púgil asiático ataco sin piedad al marplatense que sintió el cansancio y la diferencia de edad (21 para Casimero y 40 para Lazarte), pero nuevamente un grosero error arbitral le dio vida, ya que cuando el round finalizaba, Lazarte cayó y se levanto, por lo que el juez estadounidense comenzó a contar pero al sonar la campana, paro el conteo y mando a Lazarte a su rincón. Por ende al siguiente asalto, Casimero salió a completar la faena y vaya si lo consiguió, porque cuando le estaba propinando una tremenda paliza al argentino, desde el rincón de este tiraron la toalla, decretando la victoria por KOT del filipino, quien de esta manera se alzo con el título interino mini mosca de la FIB; y desatando los desmanes y destrozos que dejan mal parado al deporte argentino. Por: Alejandro Maldonado Casamajor En Twitter: @alemaldonadopd
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