Lo más fácil seria decir que a Peñarol le salieron todas y a Atenas no le salió una, pero estaríamos obviando factores importantísimos que se vieron en el primer juego de la final 2010/2011 en el Polideportivo Islas Malvinas de la ciudad de Mar del Plata.
Peñarol aprovecho todas las virtudes que se le habían marcado en la previa, jugadores y técnico experimentados, un proyecto que ya lleva varios años, de los que entraron, en el local, ayer solo Lauría, Safar, Fierro, Sesto y Cerone no estuvieron en la final de la temporada anterior, y exploto todas las falencias del rival, que fueron la juventud de su plantel y la falta de experiencia de su entrenador, quienes al verse superados en ambos frentes salieron a buscar el partido con acciones individuales dejando de lado el juego colectivo que los caracterizo a lo largo de la temporada regular.
El conjunto de Sergio Hernández, fue superior y supo regular esfuerzos, a pesar de que el propio Oveja, halla dicho en la conferencia post partido que no miraron el marcador, el juego indico lo contrario, puesto que la figura del partido, el interminable Leo Gutiérrez, vio desde la banca gran parte del último cuarto. Y de cara a lo que se viene volverá a priori a marcar el ritmo del partido, basándose en una defensa férrea, un ataque veloz y aprovechar a sus tiradores de tres puntos para llevar la serie a Córdoba 2-0 a su favor.
Por el lado de los dirigidos por González, tendrán que trabajar y mucho el tema de la ansiedad y los nervios, causas extra deportivas que terminan siendo letales al final del juego; además tendrán que intentar plantear el juego en ofensiva que les resulte más cómodo y no caer en esos arrestos individuales para lo que no están preparados, no por falta de calidad sino por falta de experiencia, algo que si sobra en la vereda de enfrente, para de esta manera poder, en principio, empatar la serie y luego tratar de aprovechar su condición de local.
Alejandro Maldonado Casamajor
Periodista Deportivo.
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